jueves, 19 de noviembre de 2009

critica de LUNA NUEVA

Por Laura Martínez

Después de todo el rollo ocurrido porque la directora de la primera entrega, Catherine Hardwicke, alegara falta de tiempo para rodar esta segunda parte de la saga, fue Chris Weitz el encargado de remover una vez más miles y miles de hormonas adolescentes (y no tan adolescentes). Y la verdad es que ha sido una mejor adaptación, en cuanto a la historia contada en el libro se refiere, siendo más coherente y si me apuras hasta más madura.

Nos llega ya el nuevo fenómeno mundial que ha hecho que dueños de los cines más importantes de Estados Unidos hayan programado bastantes más pases de los planteados en un inicio en pantallas adicionales.

Tras el cacheo y registro de pertenencias inicial antes de pasar a la sala, la película comienza muy similar a la anterior, con una fotografía más que aceptable y con la señorita Stewart narrando el comienzo, la cual tiene una interpretación tan lineal como ya hizo en ‘Crepúsculo, y una Bella Swan desanimada por cumplir años.

En un inicio se había rumoreado sobre la sustitución de Taylor Lautner por la de otro actor más cachillas, debido al importante cambio físico que sufre su personaje en la novela. Pero tras trabajar muy duro después de acabar el rodaje, volvemos a contar con Taylor, mucho más musculado, en el papel de Jacob y el ajado Robert Pattinson en el de Edward (que podría haber tomado ejemplo para evitar que le maquillasen los abdominales, aunque, a Dios gracias, en esta entrega sale poco).

Al elenco de actores se unen los mismos que la anterior entrega, apareciendo también los aclamados Vulturis, que (lástima) tienen una aparición mínima en el film. Éstos son interpretados por un acertado Michael Sheen como Aro; una Dakota Fanning apropiada para el papel de Jane; un insustancial Christopher Heyerdahl que da vida a Marcus; el correcto Jamie Campbell Bower encarnando a Caius; o un Cameron Bright que no tiene apenas participación como Alec. Aparte, toma más protagonismo la tribu Quileute, que en general no está nada mal conseguida, sin embargo en alguna escena podemos acordarnos de Mortadelo al verlos transformarse en lobos.

Volviendo a la película, sigue teniendo una banda sonora muy maja y continúa sin tratarse de terror como en muchos sitios la pintan; esta progresa, dejando atrás la azucarada relación entre los protagonistas y centrándose como es debido en la trama de la novela. Con ello entretiene.

En definitiva, más cine comercializado en exceso, torsos gratuitos para lucimiento de los actores y efectos regularcillos (regresa el efecto purpurina de nuevo). Lo cual, sorprendentemente está haciendo de esta saga, una de las más taquilleras de la historia, batiendo récord de venta (y pre-venta) de entradas online por delante de Harry Potter, The Dark Knight y Star Wars III.

…Y aún no nos despedimos de este fenómeno, ya que quedan dos libros por adaptar. Crucemos los dedos.

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